Ha fallecido Leandro de Borbón
"EL HIJO DE GAONA
TIENE CARA DE PESETA"
EL VITO
Los diarios españoles, ellos ABC de Madrid, dieron amplia información del
fallecimiento de Leandro de Borbón, el hijo del rey Alfonso XIII a quien el Reino
de España reconociera como “hijo legítimo del rey español”; y, por carambola a dos bandas, tío del monarca emérito Juan Carlos I.
A
Leandro, al que solo se le reconoció el derecho a apellidarse Borbón, era hijo
de Alfonso XIII Rey de España, y de la actriz Carmen Ruiz Moragas.
El tío
Leandro, llevó una
vida discreta. Provocó ruido cuando publicó un libro de memorias titulado "El
bastardo real", a la vez que solicitó ante los tribunales españoles
"la incoación de expediente gubernativo de filiación paterna no
matrimonial como consecuencia de la posesión de estado". Solicitud que el Registro
Civil reconoció como "hijo no matrimonial" de Alfonso de Borbón y
Austria el 21 de mayo de 2003, en un auto sin precedentes. Decisión
que no supuso el reconocimiento de ningún título, tratamiento u honores de la
Familia Real, que según la legislación española se regula por un Real Decreto
de 1987.
Leyendo la noticia recordaba una tarde de aquellas tardes de
la Feria de la Chinita, en el Hotel del Lago, reunidos empresarios, toreros, ganaderos y aficionados
en la cafetería del Hotel del Lago de Maracaibo José Luis y su hermano Eduardo Lozano, Hugo Domingo Molina, Alberto
Ramírez Avendaño y Pedrucho de Canarias con Enrique Bernedo “Bojilla”, quien en
vida fuera brillante torero de plata y singular taurino, este contaba
refiriéndose a los amores inconfesables del Rey de España que cuando nació
Leandro de Borbón, hijo de Carmen Ruiz esposa de Rodolfo Gaona. La guasa
sevillana decía que “el hijo de Gaona tiene cara de peseta”. Se refería el gran
torero al bastardo del Rey de España. Leandro de Borbón publicó un segundo libro, "De bastardo a
infante de España", y en 2007 otro, llamado "Alfonso XIII visto por
su hijo".
La
relación entre Gaona y la Moragas es parte de la historieta taurina
venezolana. Fue cuando Eloy M. Pérez
contrató al “Indio Grande” para torear en Caracas dos corridas de toros, a 20
mil bolívares por tarde. Gaona estaba en Lima, Perú, y llegó a La Guaira sin
desembarcar en el puerto, ya que siguió su camino a Puerto Rico donde se
presentaba la compañía de María Guerrero de la que Carmen Ruiz Moragas era
parte del elenco y novia del torero.
Rodolfo Gaona embarcó a la afición de Caracas, se fue a
España donde casó con la Moragas siendo esta amante oficial del Rey Alfonso
XIII, relación cuyas secuelas le marcaron la vida para siempre.
Rodolfo Gaona, a
quien por su elegancia y apostura llamaron “El Petronio del Toreo” fue pues un
hombre elegante y guapo, con un toque de exotismo y distinción que atraía a las
mujeres como moscas. Actrices y cupletistas de aquel Madrid de principios de
siglo se sintieron atraídas por el torero.
Tuvo incluso una novia antes de
conocer a la actriz Carmen Ruiz Moragas. Nos relata Manolo Lozano que esta también perteneciente al mundo del
espectáculo, la cupletista Paquita Escribano que en aquellos años compartía
cartel con las famosas Adelita Lulú y La Goya.
Paquita Escribano, cuenta Lozano, era una mujer
de extraordinaria belleza y probablemente quiso más al torero azteca que la
mujer con la que desgraciadamente más tarde se casaría.
La actriz Carmen Ruiz Moragas, además de
bella y hermosa, fue una mujer de una gran cultura. Capaz de interpretar
papeles en francés e inglés perfectamente, lo que pocas actrices de la época
podían hacer. Mujer de una gran personalidad que deslumbraba a los hombres,
pues reunía en su persona no sólo belleza sino elegancia y talento escénico.
Tanto, que pronto llamó la atención del propio Rey Alfonso XIII, que se enamoró
de ella perdidamente al primer golpe de vista. Carmen Ruiz fue desde 1916 y
durante toda la década de los años veinte el gran amor del Rey Alfonso XIII,
que aunque trotaba de lecho en lecho, encontró en el de Carmen Ruiz Moragas la
pasión que era incapaz de despertarle la propia reina Victoria Eugenia. Además,
la transmisión de la hemofilia que ella trajo al matrimonio fue el pecado que
el Rey jamás le perdonó a la Reina”… Para desgracia de Rodolfo Gaona el
matrimonio fue una farsa, una tapadera para ocultar los amores de la actriz con
el Rey. Los públicos en los ruedos ante alguna mala actuación del torero le
gritaban sin piedad que "el hijo de Gaona tiene cara de peseta", y otros comentarios crueles y difíciles de sobrellevar para
cualquier persona y menos para un torero que era la personificación del “macho”
y el “héroe
Gaona se percató pronto de que había una tercera persona en
su relación con Carmen, y que el Rey era el verdadero amor de su mujer y no él.
Los celos, más que justificados en este caso, hicieron presa del torero y
convirtieron la convivencia de la pareja en un auténtico infierno. Lo que son
las cosas, Gaona admirado igual que un héroe como torero, estaba en boca de
todo el mundo y era víctima de los comentarios y cuchicheos en aquel Madrid de
principios de siglo. Los “cuernos” eran más que evidentes y eso estaba en la
calle. El torero no pudo soportar más aquella situación y se separó de la
actriz a los dos meses de haber contraído matrimonio con ella.
Tras la separación, Gaona se marchó a México con el corazón
roto y absolutamente asqueado de España y los españoles, de hecho nunca más
volvió a torear en España. La actriz Carmen Ruiz Moragas, que ya no tenía
ataduras con nadie, volvió con ardor y pasión a los brazos del Rey y fruto de
aquella apasionada relación nacieron dos hijos bastardos del Rey: primero María
Teresa de Borbón y más tarde Leandro Alfonso de Borbón, ahora conocido por sus
apariciones televisivas y por haber publicado con todo lujo de detalle toda
esta historia en dos libros: “El bastardo real” y más tarde “De bastardo a
Infante de España”, que salió a la calle este último cuando los Tribunales de
Justicia le reconocieron su estirpe y que era hijo de su Majestad el Rey
Alfonso XIII.
En todo caso, el fugaz matrimonio entre el torero y la
actriz y su posterior ruptura, continuó durante muchos meses en boca de todo
Madrid y era motivo de comentarios en tertulias y conversaciones de los cafés
que en aquellos años llenaban las calles de la capital de España.
Al indio Grande le cambió incluso el carácter desde su
separación de la actriz, y de ser una persona abierta, divertida y simpática,
pasó a ser agrio, huraño, tosco, desconfiado, solitario y huidizo. Todo este
escándalo amoroso le creo también mala fama en su propio país. Estaba en boca
de todo el mundo, no sólo como esposo cornudo y burlado por una mujer, sino que
circulaban malintencionados comentarios que apuntaban que la causa de la
separación entre el torero y la actriz española había sido su presunta
homosexualidad. Todo esto, como comprenderán, le hizo un daño terrible a su
fama y a su dignidad como hombre y como torero.
Carmen Ruiz Moragas murió el 11 de junio de 1936 poco antes
del comienzo de la Guerra Civil, cuando contaba la edad de 38 años. Murió a
causa de un cáncer del que fue operada quirúrgicamente sin éxito.
Sobre su muerte y el
inmenso amor que el Rey le profesaba, cuanta su hijo Leandro Alfonso en uno de
sus libros, que su madre Carmen Ruiz Moragas cuando estaba en estado
agonizante, le encargó a su ama de llaves que cuando falleciera le untara sus
labios de vez en cuando con canela y hierbabuena, pues estaba segura de que
Alfonso vendría a despedirse de ella. Así ocurrió unas doce horas después de su
defunción. El Rey Alfonso XIII que se encontraba exiliado en Francia, cruzó de
madrugada la frontera por Bayona en el más absoluto secreto y fue hasta Madrid
a despedirse de su amada. Una vez en la casa de la actriz, sólo y en silencio,
postrado ante su cadáver la besó en los labios y rezó con amargura por el alma
de la mujer a la que más amó. Unas horas más tarde y con mucha discreción
volvió a salir de España, sin que nadie hubiera notado su presencia en Madrid.
EXcelente, gracias.
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